viernes, 3 de abril de 2009

Nuestros Simbolos


“No se piensa sin imágenes”
Aristóteles.


En la entrega pasada hice especial hincapié en lo que considero, es una de las piedras angulares de la Terapia de Arte...Los símbolos.
Pero por que me atrevo a hacer esta afirmación, la respuesta es simple, y esta nace del hecho de ver a los pacientes cuando están elaborando sus símbolos, es tal el impacto que causa una representación perceptible de sus problemas y las soluciones de estos, que los lleva a un estado alterado de conciencia en que casi por regla general, aunque el dialogo verbal es con el terapeuta, el contacto visual es con la obra que acaban de hacer a la que no dejan de mirar con gran asombro que se refleja en su rostro. Y es que ese problema que antes tenían solo en pensamiento, ahora tiene forma, se puede ver y percibir de una manera diferente y por mucho, menos dolorosa. En mi experiencia, cuando el paciente quiere hablar acerca de un problema, por lo regular se nota que enfrenta una situación difícil, y según sus propios comentarios, les es unas veces complicado, otras doloroso y otras no encuentran palabras para expresar la situación que atraviesan lo que a veces deriva en estados de estrés, ansiedad, confusión, temor y hasta vergüenza por no saber decir con palabras lo que sienten. Esto anterior, no sucede cuando comienzan a trabajar con materiales de arte y plasman sus sentimientos transformándolos en símbolos que van más allá de lo racional, llegando más profundo, hasta la parte intuitiva y psíquica de las personas. Cuando convertimos un problema en símbolo, podemos transformarlo, moldearlo hasta encontrar una forma en que ya no nos sea incomodo y podamos resolverlo y controlarlo de manera sana, pero sobre todo CREATIVA; y el impacto que causa esta practica es de tal magnitud que cambia por completo nuestra vida y nos convertimos en seres que enfrentamos situaciones adversas de manera positiva, por que hemos descubierto la manera de sacar a la luz nuestros símbolos internos trabajando y entendiendo lo racional y lo emocional, es decir, lo exotérico y lo esotérico, de esta manera comprendemos al símbolo per se y a la fuerza que le da sentido. De este modo y para el fin que se persigue en el trabajo con símbolos en Terapia de Arte aunque existe correspondencia entre si; lo esotérico es jerárquicamente superior a lo exotérico por que lo externo y visible, no tiene sentido sin lo que le da su verdadero significado. Lo primero es una forma de abreviar algo que es mucho más grande y profundo; pero como ocurre con los opuestos, debemos unirlos para entender su balance y real proporción.
Aristóteles al referirse a sus enseñanzas llamaba discurso exotérico a lo que enseñaba en las plazas públicas ante multitudes y llamaba discurso esotérico a lo que guardaba para enseñar solo a su círculo íntimo de alumnos.
Jung, en su libro “El hombre y sus símbolos” nos habla de la importancia que estos tienen en nuestra vida cuando los entendemos desde el lenguaje simbólico y no del racional. Nos hace mención acerca de la importancia que los símbolos tienen para comprender la parte oculta y desconocida de la psique humana.
Para finalizar he de comentar que el hombre más que un animal racional, es un animal simbólico. Ya desde los inicios de la comunicación humana, el hombre precisó de dar una representación perceptible a sus ideas y fue mediante símbolos que comenzó a exteriorizar su sentir y sus pensamientos; y como lo comento en el encabezado de esta entrega, Aristóteles afirmaba que “No se piensa sin imágenes”
Creo que en nuestros símbolos se puede conocer en gran medida nuestro crecimiento como seres humanos, se puede conocer la magnitud de nuestra sabiduría.
Agradezco sus comentarios…aquí nos leemos.
Hasta Siempre.

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